Un par de marcadores y un pizarrón pequeño. Y los libros que mi madre me había heredado de cuando ella estudiaba idiomas.
Y precisamente con ella comienza esta historia, con mi madre Martha Leticia Adriana Farías Reyes.
En la foto aparece de izquierda a derecha mi madre, mi hermano mayor, y hasta el final yo.
Y la historia comienza con nosotros tres, con mi mamá llevando a mi hermano y a mí a la universidad donde en aquel entonces ella estudiaba francés. Mi hermano y yo solíamos jugar en el campus de la universidad. Solíamos estar horas en la cafetería esperándole, y a veces ella estudiaba ahí mismo en la cafetería. A veces nos metía a su salón a mirar películas de Disney, totalmente en francés. No entendíamos nada, pero mirábamos los dibujos.
Mi madre siempre ha estado enamorada del francés, recuerdo que me intentaba enseñar cosas mientras comíamos, o hacíamos cualquier cosa.
Era muy niño, no prestaba mucha atención. Años después, siendo yo un adolescente de 15 años, mi padre me llevó a una escuela de inglés. Estudié 9 meses para así haber obtenido un nivel B2 y una especialidad en el idioma inglés , con tan sólo 16 años.
A los 17 años, había yo entrado a la universidad, comencé a estudiar comunicación. Me gradué a los 20 años, y me dediqué un par de años a trabajar en un periódico, después me dediqué a producir y editar videos. Habían pasado cerca de 12 años desde la última vez que hablé inglés. A los 26 años comencé a trabajar como maestro en una escuela de idiomas.
Han pasado ahora ya 4 años desde que di la primer clase de inglés. Siempre con la idea en mente de tener una escuela propia. Con ideología propia. Con método propio. Con instalaciones propias. El inicio de Crush Language School fue muy tropezado debido al comienzo de la pandemia. Sin embargo, el trabajo habla por sí sólo. Nuestros alumnos ven avances reales al aprender inglés y francés. Disfrutamos conocer a nuevas personas que buscan superarse.
¡Gracias a todas las personas que han confiado en nosotros! Seguimos creciendo.